Referencia Bibliográfica: LONDOÑO,
Patricia. Religión, cultura y sociedad en Colombia, Medellín y Antioquia
1850-1930. Traducido por Carlos José Restrepo. Bogotá D.C.: Fondo de cultura económica, 2004. 472
p.
Patricia Londoño Vega: Licenciada
en Sociología en la Universidad Pontificia Bolivariana con estudios de
Postgrado en Historia Urbana, de la Universidad de Cincinnati, Ohio. Obtuvo una
maestría en Historia Local y Regional de la Universidad del Estado de Nueva
York, Albany en 1983 y un doctorado en Historia Moderna de la universidad de
Oxford en 2002. “Sus artículos han aparecido en el Boletín Cultural y
Bibliográfico, en Estudios Colombianos, En Estudios Sociales, en la Revista de
la Universidad de Antioquia. Colaboró con: la Historia de Antioquia, dirigida
por Jorge Orlando Melo. Mujeres en la Historia de Colombia (1995). Historia de
Medellín (1996). Curadora de la exposición Religión y fotografía en Antioquia
1890-1950. Biblioteca Pública Piloto de Medellín.”[1]
El libro Religión, cultura y sociedad en Colombia, Medellín y
Antioquia 1850-1930 corresponde a la segunda edición que se hace de la
tesis doctoral en Historia Moderna, presentada a la universidad de Oxford en
1997 de Patricia Londoño Vega. La primera edición, es una versión en inglés de
la tesis, publicada en el año 2002 por
Oxford University Press, en la serie Oxford Historical Monographs, la cual
recibió el premio de Investigación en el 2002 de la Universidad Nacional de
Antioquia y una mención de honor en los Premios Nacionales de Ciencias en el
año 2003 de la fundación Alejandro Ángel Escobar. El trabajo investigativo inició
en 1991 y culminó en 1997, año de su sustentación. La obra de Londoño fue considerada en febrero
de 2003, una de las mejores investigaciones documentadas por The English
Historical Review[2], en
materia de tema, fuentes y enfoque, sobre los procesos de sociabilidad que se
desarrollaron en América Latina impulsados por aspectos religiosos a finales del siglo XIX y comienzos del XX.
Siguiendo el modelo temático de éste y algunos de sus trabajos, además de sus intervenciones en algunas investigaciones conjuntas, podríamos encaminar el texto de la autora bajo la línea de historia cultural; la mayoría de sus obras se interesan por exponer y analizar el desarrollo de los aspectos culturales de la sociedad (en el particular caso de la presente obra) antioqueña. El texto continuamente se refiere al proceso de sociabilidad, concepto cuya creación se le otorga a Maurice Agulhon, como la manera de organización social que describe un comportamiento filantrópico (generalmente de origen religioso) en los miembros de dicha asociación.
El texto pretende exponer los
procesos de asociación que surgieron en Medellín entre finales del siglo XIX y
principios del XX. Inicialmente, se explica a través de numerosas opiniones
extranjeras, la situación social de la Medellín de este período, haciendo un
pequeño análisis del desarrollo de las condiciones culturales, sociales y
económicas que marcaron un punto fundamental para el estudio de estas
realidades sociales. A partir de la exposición del contexto antioqueño, la
autora se plantea, junto con anteriores investigaciones los motivos que
trajeron ciertos cambios a Medellín. El análisis principal se basa en la
descripción de las organizaciones que surgieron en el período descrito,
determinando los procesos colectivos que reunieron ciertas mentes que
propiciaron los elementos de cambio fundamentales, como lo son la Iglesia,
englobando todas las organizaciones de culto religioso, y la educación.
La obra está dividida en dos
partes fundamentales: La primera titulada La
Iglesia Católica, en donde se realiza un estudio acerca de la gran
injerencia que tuvo el proceso religioso y la institución eclesiástica en la
Antioquia de éste período (1850-1930), exponiendo las formas de dispersión de
los dogmas que se manejaban, los procesos de recepción por parte de la
comunidad, y como esta, asumió de manera rápida los planteamientos que la
iglesia promulgaba. Esta primera parte está dividida a su vez en 5 capítulos:
1) “Una República de curas”: Iglesia y política: La autora se
fija en el período de tiempo que comprende los años 1848 a 1880, en donde el
contexto colombiano en general se caracteriza por un gran conflicto entre
Iglesia y Estado, sin embargo, en el particular caso de Antioquia, donde la
sociedad colonial no había desarrollado una injerencia eclesiástica fuerte, en
comparación con la que se había presentado en todo el territorio colombiano,
los conflictos Iglesia-Estado, fueron bastante leves, inclusive existieron
liberales que defendieron a la Iglesia, por razones, generalmente, de tipo
familiar. Hasta en el período más radical, “Antioquia logró desarrollar lo que
algunos llaman ‘República de Curas`”[3]
2) Hacia una mayor presencia de la iglesia: A partir de la
segunda mitad del siglo XIX y comienzos del XX, se presentó una gran difusión
de las asociaciones religiosas que tenían un carácter instructor en la
población. Las mismas autoridades civiles desarrollaron plataformas que
permitieron el crecimiento de las intervenciones eclesiásticas por medios de
numerosas sociabilidades, que podríamos llamar, religiosas; la relación con la
Iglesia resultada conveniente para el gobierno civil, que se benefició con el
carácter pedagógico de los dogmas religiosos, que tenían la característica
principal de ser acogidos de buena manera por la sociedad, insertando, de esta
manera algunas iniciativas que servían a ideales privados y políticos.
3) Proliferación de asociaciones devotas: Además de los
códigos civiles que surgían de la creación de instituciones estatales, existían
ciertas normas de comportamiento en la sociedad antioqueña que se sostenían
bajo el suelo religioso, la moral y la ética eran conceptos que provenían
estrictamente de los dogmas católicos, sin necesidad del establecimiento de un
documento aprobado por la autoridad civil, la Iglesia mantenía al margen del
pecado los comportamientos “diferentes”. Ser un ciudadanos correspondía a
cumplir los deberes impuestos por los códigos civiles, pero la salvación del
alma era un poder que solo le pertenecía a la Iglesia, motivo por el cual ésta
siempre representó un freno para las ideas que afectaban, de una manera u otro,
los procesos que normalmente se habían desarrollado en el gobierno antioqueño,
que por supuesto tenía un gran apoyo de las sociedades eclesiásticas. De esta
manera, la Iglesia, que representaba el poder espiritual y la salvación del
alma, era el complemento perfecto del gobierno que pretendía el control de las
masas. Por esta razón la proliferación de congregaciones religiosas siempre fue
apoyada por el gobierno civil.
4) La religiosidad en la vida cotidiana: Siguiendo con la
idea principal del capítulo anterior, la autora se dedica en esta parte a
desarrollar el imaginario religioso de la población antioqueña. La Iglesia era
concebida como el medio para salvar la espiritualidad, por ende los
estereotipos de hombres buenos que iban encaminados a la filantropía y al bien
del prójimo, eran acogidos rápidamente. El proceso de premio-castigo era el
común pensamiento de la sociedad de la época, de esta manera los dogmas
resultaban, tanto para las clases bajas, como para las pudientes un alivio para
su alma, ya que si se seguían los discursos que se proponía, podían salvarse
(espiritualmente hablando), de esta manera se desarrolló en las esferas
sociales más acomodadas, la idea de la caridad, en donde sus riquezas no solo
cumplían un papel sustentador y económico, sino que, usando un pequeño
porcentaje de ellas, podían alcanzar la salvación.
5) Una plétora de sociedades benéficas: Antes de la
completa conformación de las reformas liberales de la década de 1930, las
instituciones benéficas que se desarrollaron a partir de la mentalidad
religiosa, fueron las encargadas de velar por el progreso y el desarrollo
social de una comunidad más urbanizada e industrializada, a partir de la
conformación de centros de enseñanza práctica, luego esta tarea fue asumida por
el Estado (1930).
La segunda parte titulada La educación y la cultura como factores de
cohesión, es el estudio de las sociedades de tipo académico y cultural que
se desarrollaron en Antioquia en el período anteriormente descrito. Sociedades
literarias, bibliotecas públicas, clubes sociales, asociaciones para el fomento
de la ciencia, el saber, la formación pública y hasta el perfeccionamiento
moral (en gran medida relacionado con las asociaciones religiosas), son las
instituciones que tomarán protagonismo en este sección del libro; se divide en
dos capítulos:
6) Desarrollos y logros de la educación: Uno de los
procesos más importantes que se llevaron a cabo en el siglo XIX en Antioquia,
fueron el desarrollo del pragmatismo de los centros educativos y la creación de
la idea de ascenso social. Este capítulo se encarga de exponer los aspectos
cambiantes en materia de educación que se produjeron en el período de tiempo
prescrito, considerando por supuesto la influencia religiosa en esto nuevos
proyectos sociales. Un ejemplo de estos nuevos ideales prácticos son los
centros de reclusión social como los orfelinatos, hospicios y sociedades
benéficas, en donde se constituyeron talleres de zapatería, sastrería, plomería
y metalurgia. De esta manera de expone como, no solo se desarrollaron
instituciones de aspecto profesional y tecnológico, sino que fundaciones ya
antiguas se entregaron al aspecto pragmático que se venía desarrollando en la
época.
7) Nuevas sociedades culturales: El desarrollo de centros de
lectura, clubes sociales y asociaciones encargadas del perfeccionamiento de las
normas de conducta abarcaron todo el siglo XIX. Una de las compañías que tal
vez, llamaría de gran manera la atención en el libro de Patricia Londoño son
las llamadas, sociedades de Temperancia que se desarrollaron, en gran medida en
el siglo XX, y correspondían a un grupo de personas preocupadas por las pautas
de urbanidad y comportamiento, tal fue su influencia que ‘El constitucional
antioqueño’ decretaba multas y hasta trabajos forzosos a quienes no seguían las
normas pertinentes de comportamiento. El total de asociaciones que tenían en
común la búsqueda de la llamada “civilización” era de 455 solo en la primera
mitad del siglo XIX, ya para el siglo XX el número se triplicaba.
La base bibliográfica, que es
bastante amplia, corresponde en gran medida a tesis, artículos y textos sobre
Antioquia y Medellín, los que no corresponde a esta temática son usados
generalmente para la conceptualización de una noción, como es el caso de
WILLIAMS, Raymond, Culture and Society,
1780-1950, Gran Bretaña, 1971, edición original, 1958. Usado para la
delimitación del concepto de mejora y
de progreso y ELIAS, Norbert. The Civilizing Process. The
development of manners, Nueva York, 1978. Edición original en
alemán, 1980. Definición del concepto de Civilización.
MELO, Jorge. Historia
de Antioquia, Bogotá, 1988. La obra de Melo es tal vez la más utilizada en
el momento de presentar todo el contexto antioqueño del siglo XIX y XX. En este
sentido es la obra base del proceso de construcción histórica e la obra de
Londoño. Sin embargo los siguientes textos cumplieron un papel de significativa
importancia a la hora de señalar las situaciones que se presentaban en
Antioquia en los siglos XIX y XX.
ARANGO, Gloria
Mercedes. La mentalidad religiosa en
Antioquia. Prácticas y discursos, 1828-1885, Medellín, 1993.
BOTERO,
Fernando. Industrialización en Antioquia: génesis y consolidación, 1900-1930,
Medellín, 1985.
BUSHNELL,
David; NEIL, Macaulay. The emergence of a
Latin America in the nineteenth century. Oxford, 1988. Edición en español: El nacimiento de los
países latinoamericanos, Madrid, Editorial Nerea, 1989.
En cuanto al desarrollo de la
actividad eclesiástica, toda la obra de Javier Piedrahíta constituye el
sustento histórico base. PIEDRAHÍTA, Javier, Pbro. Historia eclesiástica de Antioquia. Colonia e independencia, 1545-1828,
Medellín, 1973.
Las fuentes primarias usadas para
la composición de la obra son numerosas, en primer lugar los censos, que
correspondían a la versión estadística de la historia que se iba presentando
gracias a la bibliografía, acerca de las asociaciones. Las publicaciones
periódicas, como el retrato por antonomasia de la época, en donde se
establecían los ideales que se manejaban (o que se pretendía difundir) en el
momento, los estamentos sociales que figuraban en el poder y que tenían el
control de los medios de comunicación. Los archivos eclesiásticos que
configuraban el análisis del proceso religioso a partir del análisis discursivo
de sus magistrados. Los diarios autobiográficos como muestras del pensamiento
individual y base para el análisis de la difusión de los dogmas religiosos en
una mentalidad destacada como es el caso de Lucio Restrepo y sus “apreciaciones
históricas sobre la última guerra en el Estado de Antioquia” (1879). Además de
elementos estadísticos (usados para dar una imagen numérica de la representación
que tenían las actividades prácticas en la sociedad), informes, actas y
estatutos, los cuales eran la vívida imagen del pensamiento teórico que se
pretendía llevar a cabo en la comunidad.
La autora define, al principio de
su libro “El método elegido para explorar
estos temas consiste en describir las entidades, grupos y asociaciones
voluntarias –algunas más formales que otras- que surgieron durante esta época y
congregaron a un creciente número de antioqueños de todas las condiciones en
torno a objetos píos, filantrópicos, educativos y culturales” (p. 7) a
partir de su misma definición de metodología tendría que agregar las fuentes
fotográficas, las cuales describe, el algún comento, como: ‘fuertes fuentes de
inspiración’ y su extensiva descripción de los procesos a partir del análisis
de, más que suficientes, fuentes bibliográficas. La elaboración de conceptos
partiendo de otras obras debería también ser parte de este proceso
metodológico, y sin dejar atrás el trato que le suministró a las fuentes
primarias, proporcionando numerosas formas de organización para facilitar su
entendimiento, como los cuadros que se presentan a lo largo de toda la obra.
Conceptualización de nociones, identificación de procesos; explicación de ellos
a partir de los planteamientos de las obras de otros autores y su verificación
de acuerdo a, lo que se supone, corresponde a la realidad en los análisis
críticos que se le hacen a las fuentes primarias.
La extrema esquematización del
texto, producto de ser, en principio, una tesis doctoral, hace que sea bastante
fácil de comprender, sin embargo, para aquellos que no están familiarizados con
el gran bagaje de conocimiento que se necesita para escribir una obra de este
tipo, el libro puede resultar bastante tedioso y difícil de leer, aún así,
resulta un trabajo investigativo bastante completo, cuya intención es resuelta
de manera directa a lo largo de toda la obra. Es bastante útil el modo en que
ubica las fuentes primarias situándolas en cuadros para su mayor comprensión;
el uso de imágenes le da un carácter más atrayente y explica con mayor
naturalidad el contexto y las situaciones que se exponen textualmente.
La cuestión religiosa para la autora en este texto en particular, tiene una cualidad política, el proceso eclesiástico, sus dinámicas con la población y la instrucción de sus dogmas crearon un ambiente perfecto para el desarrollo de una mentalidad productiva en toda la población, el hecho de que la salvación del alma estuviera inmersa en un discurso filantrópico y de la búsqueda del bien común, hacía que los ciudadanos actuasen de acuerdo a los preceptos que el cura, identificado plenamente con el pedagogo, establecía como espiritualmente válidos. El gobierno, en vista de estos sucesos evitó en gran medida las confrontaciones con la Iglesia, fomentando la participación en el gobierno civil de las organizaciones impulsadas por cultos religiosos, estas asociaciones crearon fundaciones de carácter práctico que poco a poco iba a desarrollar un imaginario de progreso y urbanización, cuestión de la que después, el gobierno se encargó de controlar. En este sentido el hecho religioso cumple un papel, además de político, cultural y en forma indirecta económico.
En
cuanto al contenido, el cuidado en el manejo de los conceptos, resulta bastante
necesario en algunos casos, en otro su utilidad, en lo que a mí respecta, es
bastante nimia, como es el caso de la definición de concepto de mejora, sin
embargo, no puede darse por supuesto que todos manejen el mismo concepto de
mejora, así que en este sentido, identificar la noción no está demás para
alguien más.
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