Resumen
El presente
artículo estudia los planteamientos que se establecieron, en interés del tema
de la esclavitud, en los nuevos
documentos constitucionales que se dieron en el período inmediatamente posterior
a la Independencia, para analizar la razón del tan lento proceso de abolición
de la esclavitud en una Nación que se erigía sobre ideales liberales. La
completa expulsión de todo poder español se da en 1819 con la proclamación
formal, en el Congreso de Angostura, de la República de Colombia, y no es hasta
1821 que se institucionaliza el primer documento político constitucional de la
nueva nación: Las Actas del Congreso de Cúcuta, en las cuales se instauran los
nuevos comportamientos políticos de los nuevos ciudadanos y de la Nación,
prestando principal atención a cómo debían ser tratadas las instituciones
coloniales constituidas por el gobierno español, si debían mantenerse o no, y
en la necesidad de prescindir de algunas, cómo debería ser el proceso de
abolición para que los cambios no afectasen el normal desarrollo de la Nación
en construcción. En este tipo de contexto se llevaron a cabo las propuestas de
abolición de la esclavitud, cuyo proceso irónicamente tardaría demasiado en
vista de que, la construcción de la Nación se hacía en base al concepto de
libertad.
Palabras Claves: Esclavitud,
abolición de la esclavitud, manumisión, libertad, siglo XIX.
Slavery
abolition in Colombia: The slow development of a libertarian promise
Abstract
The
present article studies the approaches that were established, in interest of slavery
topic, in the new constitutional documents that were given in the period
immediately later to the Independence, to analyze the reason of why slavery
abolition took so much time to be complete, if we consider that the Nation was
raised on liberal ideas. The complete expulsion of all spanish interference was
in 1819 by the formal proclamation, in the ‘Congreso de Angostura’, of the ‘República
de Colombia’ (Colombian Republic), and
isn’t until 1821 that is institutionalized the first political document of the
new Nation: ‘Las Actas del Congreso de Cúcuta’, in which are restored the new
political behaviors of the new citizens and of the Nation, giving principal
attention to how it must be treated the colonial institutions produced by the spanish
government, if they had to be preserved or not, and in the need of remove some
of these, how it should be the process of abolition in order that the changes don’t
affect the normal development of the Nation. In this context were developments
the ideas of freedom and slavery abolition, process that ironically would be
incredibly slow if we think about the idea that the Nation construction was
based on the freedom concept.
Keywords: Slavery,
slavery abolition, manumission, freedom, XIX Century.
La abolición de la esclavitud
en Colombia*: El lento desarrollo de una promesa libertaria
Diana Carolina Rivera Güiza[1]
Introducción
A partir
de 1810 se inicia el rememorado proceso independentista que marcaría el punto
de partida de los nuevos comportamientos políticos en el territorio, llamado en
ese entonces, Nueva Granada. Después de los azares que trajeron consigo las reformas borbónicas y
las sensibilidades que se afectaron por la forma en la que el gobierno se
organizaba: excesiva representación peninsular en comparación con la criolla,
los aires revolucionarios y las almas hambrientas de libertad se rebelaron
contra la monarquía española, y fundaron una Nación a partir de los conceptos
liberales de unidad, libertad e igualdad, sin embargo el camino que llevaría al
fin de la institución que atentaba de la forma más vil en contra del supremo
concepto de libertad, -que no solo era el sentimiento revoloteándote del
momento, sino que era la premisa base de la construcción de la nueva Nación-, terminaría
siendo una larga vía de esperanzas rotas y de sueños liberales quebrantados,
víctimas de una población que se negaba a los cambios abruptos o que bien, les
temía.
A
partir del análisis de los decretos plasmados en las Actas del Congreso de
Cúcuta de 1821[2]
se pretende determinar las razones por cuáles tomó tanto tiempo abolir la
esclavitud tomando en cuenta, en primer lugar y cómo crítica más importante,
que la nueva Nación se establecía, precisamente, a partir del concepto
libertad. Si bien la independencia total no se dio hasta 1819 y los documentos
constitucionales, -que fueron el elemento material prueba que señalada un
proceso de Independencia completado-, no fueron institucionalizados hasta 1821,
la total abolición de la esclavitud se da hasta bien entrada la segunda mitad
del siglo XIX, y eso, sin tomar en cuenta los asuntos ilegales, que se pudieron
presentar, en materia de trata de negros, en lugares donde la nueva
constitución, no resultaba ser una prioridad. Son casi 30 años de esclavitud
‘políticamente permitida’ en la nueva Nación que se originaba a partir del
concepto libertad, 30 años de violación de derechos y 30 años de contradicción
entre idealizaciones teóricas liberales y actitudes sociales políticas.
El estudio investigativo se llevará a cabo de la
siguiente manera: en primer lugar, se usará el método del análisis del discurso[3], -Según Raymond Brodeur: se trata de aprehender
el contenido del texto respetando sistemáticamente su organización y el
funcionamiento del discurso para, así, precisar la problemática de fondo y los
objetivos del locutor”-, para
exponer los planteamientos principales sobre los cuales se erigía la nueva
Nación, a partir de la lectura de algunos decretos de las Actas del Congreso de
Cúcuta de 1821 y se intentará buscar el eje fundamental de pensamiento y de
acción activa social, pretendiendo resolver la cuestión de si aún se mantenían
las antiguas escrituras como portadoras del camino a seguir social, o si la intervención
de las ideas liberales se abría paso ante la religión. ¿Había un trasfondo
religioso en la nueva Constitución o se obedecía simplemente a un nuevo sistema
de pensamiento político? En segundo lugar la instauración de un contenido
conceptual básico, significados de Manumisión y libertad como nociones
fundamentales, teniendo en cuenta concepciones generales sin caer en
particularidades teóricas, se usará para ello el “Diccionario Enciclopédico de
Derecho usual” de Guillermo Cabanellas, para después, -cuando se haya analizado
todo el contenido discursivo de las Actas del Congreso-, establecer una
comparación entre el significado de la idea conceptual y lo que parecía
simbolizar, a través de los decretos, en la sociedad (política[4])
del XIX. Es importante aclarar que esta
comparación no corresponde a una diferenciación temporal, es decir, no es
exponer cuál es el significado de hoy y cuál el que se dio en el siglo XIX,
sino aclarar de qué manera se establece teóricamente un término en el discurso
y de qué otra se lleva a cabo en los decretos señalados. Y por último se
establecerá a manera de conclusión, ya analizados los actores principales en la
cuestión, la respuesta a la cuestión principal de todo el ensayo ¿Por qué tardó
tanto el proceso de abolición de la esclavitud?
1.
El
discurso post -independentista: Una
tradición religiosa que se niega a partir
Después
del llamado proceso independentista, la nueva Nación atravesaba una serie de
cambios de importante envergadura; la mudanza del mando de poder significaba el
inmediato desarrollo de nuevas instituciones que traerían consigo leyes y
normas, que aunque correspondían a los nuevos procesos sociales, dejaban ver tras
de sí la mentalidad de una población pobremente preparada para el cambio que
suponían las ideas liberales de nación y libertad.
Toda
la infraestructura constitucional que se instauró a partir de 1821 con las
Actas del Congreso de Cúcuta, tenía como base la total independencia de todo
modelo político y social proveniente de España, la necesidad de establecer un
nuevo documento político que regulara la relación entre lo que sería el nuevo
Gobierno Nacional y los que serían considerados, desde ese entonces en
adelante, ciudadanos, era una de las principales preocupaciones de la Nación.
Las Actas del Congreso de Cúcuta de 1821, tomaron el papel de este instrumento;
el primer intento de establecer aquel renombrado documento político, que
representara, materialmente, la independencia social del imperio español.
Siguiendo
con el análisis de la retórica constitucional, el primero de los decretos que
aparecen en las Actas corresponde a la creación de los nuevos símbolos patrios
pues el recién creado gobierno no solo necesitaba demostrar su independencia a
las naciones extranjeras, sino también a sus propios ciudadanos, por esta razón
se empezaron a desarrollar ciertas insignias que representaban algunos temas
particulares para ser difundidos en la sociedad, el primero en ser mencionado
es un sello nacional, cuya imagen debía ser distribuida a través del elemento
con más circulación de la época:
“(…) El gran sello de la República y sellos del despacho tendrán grabado este
símbolo de la abundancia, fuerza y unión, con que los ciudadanos de Colombia
están resueltos a sostener su independencia, con la siguiente inscripción en su
circunferencia: REPÚBLICA DE COLOMBIA (…) En las monedas de oro, platina y
plata, se imprimirá este símbolo nacional por el reverso, con expresión de su
valor respectivo, del lugar en que fueron acuñadas, y las iniciales de los
nombres de los ensayadores (…) Por el anverso tendrá impreso el busto de la
Libertad, en traje romano y ceñida la cabeza con faja en que se vea grabada la
palabra Libertad, y en la circunferencia ‘REPÚBLICA DE COLOMBIA. AÑO DE...’.” [5].
Tomando en cuenta la explicación
simbólica que se le dio a los nuevos sellos nacionales, los conceptos manejados
para la elaboración de los gráficos, que debían imprimirse en los
sentimentalismos patrióticos de los ciudadanos, eran los de abundancia, fuerza,
unión y libertad. El primero, correspondía por supuesto, a una fachada
nacionalista de un territorio naturalmente beneficiado, que de alguna manera,
tenía la función de generar orgullo al ciudadano que se identificase con una
tierra rica y productiva. La fuerza y la unión, son dos conceptos que encuentro
muy cercanos y relacionados; nuevamente se expone el fenómeno independentista,
pero esta vez, estas nociones incluyen las razones por las cuales se alcanzó
dicho premio, la manera en que están mencionadas incita a pensar que la fuerza
necesita de la unión para cumplir su cometido, creando una especie de identidad
nacional obtenida por un pensamiento patriótico de no solo fuerza, sino también
de unidad. Un conjunto de ciudadanos que defienden lo que han conseguido e
intentan mantener su independencia, que por el momento, se identificaba
plenamente con el último término: la libertad.
Es necesario establecer brevemente los
puntos de mayor importancia en la línea temporal de la historia de la
independencia de ‘Colombia’ (Venezuela, Ecuador y de Panamá, naciones que en
ese entonces hacían parte del Reino de Granada español), para determinar cuánto
tardó aproximadamente el proceso de abolición de la esclavitud, tenemos en
primer lugar: 1) 1810: Declaración de independencia e inicio del conflicto. 2) 1815-1816:
España retoma el territorio que aún consideraba suyo aprovechando las
debilidades americanas y 3) 1819: España es por fin expulsada del control del
territorio americano, que más adelante vendría a llamarse República de
Colombia. Las Actas del Congreso de Cúcuta no fueron completamente redactadas
hasta 1821 y la libertad total de
los esclavos no fue alcanzada hasta bien entrada la segunda mitad del siglo XIX
(Formalmente libres a partir de 1851)[6]. Se puede tomar como
excusa la idea de que de 1810 a 1819 el proceso libertador no estaba del todo
terminado y que entre 1819 y 1820, no existía un documento político válido, que
hiciera las veces de constitución, que regulara de alguna manera las nuevas
relaciones Ciudadanos-Estado, que a partir del momento se darían. Pero después
de 1821, con un congreso establecido, que compuso el documento constitucional
sobre el cual se plasmarían los nuevos instrumentos de libertad, unión y fuerza
que constituirían la nación, ¿por qué tardó tanto en abolirse la esclavitud?,
¿cómo es posible que en un régimen que nacía de, que abogaba por, que
distribuía símbolos de y que defendía la libertad haya tardado tanto en
derrocar una institución que por antonomasia atentaba de la manera más vil con
el preciado sueño de libertad? revisando las consideraciones de las actas del
congreso de Cúcuta sobre la esclavitud, se manifiesta el espíritu de un pueblo
que, siguiendo modelos extranjeros, no es capaz de establecerlos en toda su
complejidad.
Para desarrollar este idea se ha
partido del análisis discursivo de las Actas del Congreso de Cúcuta (cuyo
objetivo, grosso modo consistía en impartir las ideas de libertad y
democracia), qué consideraciones tenían respecto a la esclavitud, en qué se basaban
sus ideas respecto a éste problema y cómo se desarrollaron ciertos puntos a
partir de la idea de libertad. En primer lugar, aunque se maneje la idea de que
la segunda mitad del siglo XIX, significa la separación entre Estado e Iglesia,
lo cierto es que esta separación no fue del todo completa, para empezar los
discursos que se hacían llamar “liberales”, tenían la curiosa costumbre de
basar sus pensamientos en las sagradas escrituras, tal como se puede ver en el
siguiente fragmento que introducía el tema de la libertad y la esclavitud:
“El
congreso de Colombia, íntimamente persuadido de que ningún gobierno puede ser
justo ni merecer la protección del Todopoderoso si no emplea su autoridad y
fuerzas en la ventaja de sus semejantes, y enseñado por la historia de los
siglos que la supresión de la esclavitud debe se[r] un medio seguro de mejorar
las costumbres públicas y una fuente inagotable de prosperidad y abundancia en
los importantes ramos de comercio, agricultura y minas; deseando al mismo
tiempo conciliar en cuanto es posible los derechos de la naturaleza con el
menor perjuicio de los poseedores”[7]
Manejando aún el concepto del
destino determinado por la bondad o maldad de las acciones, propios de la
doctrina católica, la construcción de los discursos liberales del siglo XIX
siempre estaría adornada por aspectos de aire católico, que no podían ser suprimidos
por completos. Encuentro respuesta a este temor de dejar atrás todo aspecto
religioso en la siguiente idea: Se podía ser ciudadano y participar activamente
en las actividades políticas, pero en última instancia, la salvación del alma
solo se lograba a través de la religión[8], y
qué otra manera de seguir la doctrina religiosa que teniendo en cuenta las
sagradas escrituras. De esta manera todo
proceso liberal siempre tuvo un trasfondo religioso, que tergiversaba de gran manera
todo el asunto político y hasta la misma idea de libertad.
Estas extrañas combinaciones eran
el resultado de, como lo había mencionado antes, un pueblo poco preparado para
el cambio, y más que esto, un pueblo con miedo a los cambios que transgredían
una idea tradicional de salvación; el liberalismo europeo, tomado al pie de la
letra, resultaba entonces, un ataque a la espiritualidad nacional. Este
fenómeno de desconfianza a los nuevos proyectos desencadenaba la creación de
una acción paulatina de los mismos, tanto así que los impulsores de la obra liberal
hacían extensiones de tipo legislativo cumpliendo con el imaginario colectivo
del temor al cambio. En el particular caso de abolición a la esclavitud, la
cuestión de postergar la tarea generó que este fenómeno tardara en desaparecer
varios años, aún teniendo por un lado, como principio de construcción de Nación
a la libertad (idea totalmente liberal), y por el otro, el precepto bíblico que
instruía sobre la perversidad de la esclavitud. La misma base de instrucción
social establecía la inmoralidad de la esclavitud, tal como lo afirma el
siguiente fragmento:
“Leído el
proyecto de ley sobre manumisión de esclavos, tomó la palabra el señor Félix
Restrepo, y en un discurso elocuente y enérgico pintó con los colores más vivos
los males de toda especie que sufren los esclavos, las razones urgentes de justicia
que hay para darles su libertad y el bien que resultaría de ello a la
República, para lo cual adujo textos de la sagrada escritura y principios
elementales de la ciencia política y de la moral (…).”[9].
Sin embargo, es preciso
identificar las contrariedades que se presentan en el mismo discurso religioso,
que como ya vimos, es parte fundamental de la mentalidad de aquellos individuos
que tomaron papel esencial al momento de redactar las Actas del congreso. Y tal
como existen versículos que desprestigian a la esclavitud, hay otros que la
apoyan, siendo la sagrada escritura –estereotipo de comportamiento social-, tan
ambigua en sus discursos, de igual manera se procede en un terreno lleno
doctrineros indirectos y de liberales incompletos.
“Al señor
vicepresidente, Ramón Méndez, pareció excesiva la calificación de
antirreligiosos que se daba a la esclavitud entre nosotros; y para demostrarlo
citó al apóstol, quien aconsejó al esclavo de Filemón volviese al servicio de
su amo, habiendo manifestado el último grado de celo contra el incestuoso de
Corinto y los demás pecadores; y reflexionó que la Iglesia jamás había lanzado
sus rayos ni condenado a los poseedores de esclavos; pero el señor Santamaría
sostuvo lo contrario, indicando que nuestra religión era de paz y de consuelos,
dulce y muy suave, que había sancionado el principio de amar a Dios sobre todas
las cosas y al prójimo como a sí mismo, y que este precepto era eludido de
cierto modo por el que conservaba en la esclavitud a su prójimo”[10]
Además de corresponder
a una política a la ligera llamada liberal, obedecen a una moral presente en
las proclamas religiosas, que no solo presenta varios discursos moralistas de
comportamiento social, sino que estos son contrarios, ¿cómo se iba a
desarrollar un proceso que correspondiera a algo específico en un territorio
lleno de contradicciones hasta en sus mismas bases ideológicas? El contexto de
la Colombia del siglo XIX, resultaba bastante turbio para llevar a cambo
ciertas ideas, que no solo resultaban algo extrañas, sino que también eran
apoyadas y criticadas por la única fuente moral férreamente establecida, que
además era la base direccional de comportamiento social.
En este medio de
confusión, no es extraño que el esclavo aún se considerase una mercancía,
siguiendo lo que por siglos se ha mantenido en la mente de la población, de
esta manera el proceso de liberación no se estaba viendo como un deber
necesario para la construcción de una Nación que se creía liberal, sino como un
favor moral, del estilo “el buen cristiano”, a una de las esferas más afectadas
a lo largo de la historia colonial; siendo un personaje de poca importancia
social, la rapidez de proceso libertario de estos individuos no era motivo de
importancia en el nuevo gobierno estatal, de allí que los decretos emprendidos
para la abolición de la esclavitud estuviesen destinados a retardar el proceso,
arguyendo a pretextos que parecen bastante infames, si se mira bien los
principios con los cuales construían una Nación y lo que no había en iniciativa
sobraba de oposición, a pesar de todas las contradicciones presentadas por los
medios ideológicos que sostenían el imaginario de la Colombia del siglo XIX, la
balanza siempre se mantenía a favor de abolir la vieja institución esclavista,
sin embargo no era de extrañarse que salieran a flote los ideales en contra de
una institución tradicionalmente impuesta, y de alguna manera ‘justificada’:
“(…) el señor Domingo Briceño (...) que advertía una diferencia
a todo medio propuesto de aniquilar la esclavitud aunque se vulnerase la
justicia, la política, el derecho público y de gentes, y que por tanto no podía
omitir el aparecer por patrono de los propietarios y abogar por la parte más
débil en la presente cuestión, ya fuese para conservar los derechos de éstos o
para que en caso contrario brillase más la resolución de su majestad, (…)
aparecía más imparcial en su discurso, el que apoyó manifestando que jamás se
debía hacer un mal por hacer un bien, que el propietario a quien se le privaba
de la potestad dominica en los pactos, se le privaba de una propiedad
legalmente adquirida, aprobada por todas las naciones de la tierra en el
transcurso de muchos siglos, y aunque persuadido de la eterna injusticia de
esta triste sanción de la debilidad humana, juzgaba también de justicia al
particular poseedor de buena fe y que por desgracia ha constituido su
subsistencia y el fruto de sus trabajos, su riqueza; en fin, funesta
adquisición muy digna de la compensación para poderse libertar el vientre”[11].
El discurso del señor Briceño, no
solo establece aún como mercancía a los esclavos, sino que también sostiene la
idea de pensar como víctimas del proceso a los propietarios de esclavos,
dejando muy claro su fuerte punto de vista frente a la moralidad y a la
justicia que pueda significar la abolición de esta institución, de la que se
entiende, está en contra. La liberación de un esclavo, supone la pérdida a “un
hombre de bien”, a “un buen cristiano”, de los mecanismos, que ‘por desgracia’
(Palabras propias del fragmento) han sido, su fuente de sustentación y riqueza,
y sí se fomenta el proceso de manumisión no solo se le estaría privando de lo
que por medios legales le pertenece, sino que también se le estaría frenando su
economía y como consecuencia se estarían afectando los demás aspectos de su
vida. Aquí se deja claro un motivo más por el cual el proceso de libertad
tardaría en completarse.
La idea de la inconveniencia de la
manumisión resultaba bastante convincente para aquellos cuyo sustento se basaba
en la propiedad de esclavos, además de esto, la propuesta de lo abrupto que
significaba este cambio en una sociedad tradicionalmente esclavista traería
consigo decretos que retardaban el proceso aún más. Tal vez es lógico en el pensar
de la época que si de un momento a otro todos los esclavos quedasen libres, la
sociedad entraría en una especie de caos, ¿qué saldrían a hacer?, ¿con qué
sobrevivirían?, sin embargo es incorrecto dejar como supuesto, que a todos los
esclavos la libertad les vaya a causar más inconvenientes que la misma
esclavitud, pero si existiría cierto porcentaje que no encontraría su lugar en
la nueva sociedad portando la nueva libertad, pero como no trabajamos con mis
supuestos, sino con los de las mentes impresas en las actas estudiadas,
encontramos, a través de éstas, la razón principal por la que el proceso de
abolición de la esclavitud duró tanto en concretarse (1851), con respecto al
año en que se crearon los decretos del congreso de Cúcuta (1821), aproximadamente 30 años: una generación. Todo
se define en el concepto de ‘libertad de vientres’. Para contrarrestar los
problemas que causaría una libertad repentina de esclavos, se tomó como
‘solución’ el famoso proceso de ‘libertad de vientres’, de esta manera los
esclavos que nacieran el día que se decretaba la ley, eran, en ciertos aspectos
‘libres’, y así paulatinamente se obtendría la libertad de todos los ciudadanos
sin ninguna especie de conflicto social:
“En fin, que un objeto de tan grande trascendencia para la
República se debe realizar extinguiendo gradualmente la esclavitud, de modo que
sin comprometer la tranquilidad pública, ni vulnerar los derechos que
verdaderamente tengan los propietarios, se consiga el que, dentro de un corto
número de años, sean libres todos los habitantes de Colombia: Serán libres los
hijos de las esclavas que nazcan desde el día de la publicación de esta ley en
las capitales de provincia, y como tales se inscribirán sus nombres en los
registros cívicos de las municipalidades y en los libros parroquiales.”[12]
Los ‘amos’ se encargaban de su
educación y manutención hasta la edad de los 18 años, sin embargo, esta crianza
de ninguna manera correspondía a algo gratuito, el individuo tendría que
pagarle con servicios (como si fuese un esclavo), a su dueño, el total de
gastos que éste (el dueño) tuvo con él, además de la extraña libertad con la
que nacían, los nuevos libertos tenían la obligación de, al cumplir los 18,
informar al Estado sobre sus actividades, y en muchos casos se les asignaba
alguna labor de elección estatal. Una
total parodia de la libertad. La solución no resultaba muy beneficiosa para los
dueños de esclavos, ya que tendrían que invertir dinero en educación, comida y
tiempo a un individuo que solo le sería útil hasta cierta edad, tiempo no en el
que se convertía en liberto, sino en el que terminaba de pagar sus deudas de
vida al amo de sus padres, con el que ya no tendría más obligaciones, para
evitar cierto descontento y aprovechando el carácter social de la época, se
crearon ciertos méritos para aquellos que liberasen un número específico de
esclavos, una especie de prestigio obtenido de la bondad : “(…) que sea una
medalla de plata para los que manumitan diez esclavos, y de oro para los que
manumitan todos los suyos, poniéndose en ellas esta inscripción:
"Ciudadano benemérito de la humanidad", la cual fue apoyada por
varios señores.”[13].
Una nueva forma de prestigio se había creado, los antiguos dueños liberaban
a sus esclavos y a cambio obtenían un título, un procedimiento de carácter
nítidamente colonial, aquí es donde entra nuevamente la idea de la liberación
de esclavos como un favor de un ciudadano moral, y no como la vinculación ideológica
a una idea liberal que era el componente principal de la creación de esta
Nación.
2.
Consideraciones
sobre la Manumisión: El malogrado concepto de Libertad y sus consecuencias
sobre los procesos libertarios
¿Es posible plantear que aquí se desarrollaron
ideas liberales?, tal como se desarrollaron en Europa, no y es ridículo
plantearlo, pero accediendo a la comodidad que se ha venido presentando, de
denominar como “liberal” a los fenómenos de carácter, en ciertos aspectos
“revolucionarios” que se dieron en la Colombia del siglo XIX, podríamos decir
que sí se dieron algunas de las ideas liberales europeas, pero que el proceso
de desarrollo y consecuencia fue
absolutamente diferente.
La
extrapolación de conceptos y hasta de procesos siempre ha sido un asunto
recurrente en toda la historia de América Latina, el mismo ideal ‘liberal’ por
el que pasó la naciente República de Colombia correspondía a la importación de
una noción del llamado mundo moderno, sin embargo, traer conceptos de otros
lugares siempre será una acción complicada, ya que los contextos son
completamente diferentes, y para adecuarlos a algún lugar es preciso hacer
ciertos cambios, dando pasó a una asimilación errónea de los procesos y por
ende se tergiversa todo el contenido.
El
primero de los conceptos que sufrió este tipo de alteraciones en su
significado, es el de libertad. Sin entrar en conceptualizaciones históricas,
filosóficas o psicológicas, tomaremos una definición general, y luego siguiendo
las apreciaciones de las actas del congreso definiremos la idea de libertad y
la libertad según la práctica. Según el diccionario jurídico de Guillermo
Cabanellas, que a su vez cita al diccionario de la Real Academia Española, la
libertad es entendida como: “Facultad natural que tiene el hombre de obrar de
una manera o de otra, y de no obrar, por lo que es responsable de sus
actos", sin más preámbulos, se enmarca en toda la actividad discursiva de las
actas, que la libertad corresponde a un comportamiento individual del actuar,
del pensar y del elegir sin impedimentos ni trabas que puedan deformar de
alguna manera estos procesos. La libertad, en términos más sociales, es el tipo
de palabra que se pasea de boca en boca después de un proceso de independencia
como el que acaba de atravesar la joven Nación, y su significado recaía
principalmente, en el divorcio total de las instituciones españolas, Teóricamente
el concepto de libertad que se enmarca en las actas parecía estar en
concordancia con las consideraciones que se dieron en Europa después de la
Revoluciones Burguesas y con los planteamientos generales de su significado,
sin embargo si tal como se idearon se hubiesen creado los procedimientos
sociales, la abolición de la esclavitud no habría tomado tanto tiempo en
completarse. Ahora bien ¿Cómo se manejaba en la práctica el concepto de
libertad en la sociedad política del siglo XIX?, principalmente habría que
decir que existían muchos tipos de libertad en la práctica, uno correspondía a
la élite política cuyos ideales estamos estudiando a partir de los decretos de
las actas y otro a los esclavos, futuros libertos[14].
El tipo de libertad alcanzada por la sociedad política era lo más parecido al
concepto entregado anteriormente como general, además de ser por supuesto un
derecho incuestionable, sin embargo la que se le concedía a los esclavos (o
futuros libertos) era más bien un tipo de favor, que se obtenía a través de
varios procedimientos; en sí, el esclavo tenía que luchar para alcanzar algo
que le era inherente a toda la sociedad ‘libre’. ¿En qué forma podríamos llamar
a esto libertad?, además de tener que luchar de más, por un derecho
fundamental, al obtenerlo debía estar dispuesto a aceptar las labores que le
ofrecía el gobierno e informar de sus actividades.
A partir de la creación de
ciertos tipos de libertad y la ambigüedad de los mismos, los conceptos que
nacen a partir de ésta noción se quebrantan desde su mismo origen, como es el
caso de la noción de manumisión. Cabanellas establece “Del latín manumittere,
de manus y mittere, manumitir, soltar de la
mano, sacar de su poder, dar por libre. En Roma era la concesión de la libertad
de hecho y de derecho a un esclavo, realizada por su señor”[15]. Este proceso mantiene un papel político importante, la manumisión
consistía en otorgar libertad e un esclavo, pero no bastaba con concederle
libertad si no se le daba un certificado que le ampare políticamente, la
llamada carta de horro[16]. Entonces la libertad de
vientres era sólo una ilusión, el esclavo nacido después de concedía la ley no
podía gozar de su propia conciencia y de sus actos hasta que obtuviera un
elemento material que justificara su calidad de liberto, y mientras obtenía su
único mecanismo de libertad, tenía que seguir cumpliendo los mandatos del que
aún era su amo. Aún así, después de conseguida la libertad, el convenio traía
consigo otro tipo de situaciones simbólicas que Reyes clasifica en tres: <<ideológicas: que “han de honrar y
reverenciar (a sus amos) humillándoseles donde los vieren”; utilitaristas: “que
atienda ‘libremente’ el servicio de sus amos”; morales “para el descargo de mi
conciencia”>>[17].
La manumisión
entonces entendida como una acción moral para con los menos favorecidos, como
una forma de obtener privilegios y conmemoraciones materiales y como una
obligación gubernamental, pero nunca como la consecuencia de la formación de
una consciencia que pueda identificarse como un pensamiento liberal. La
libertad sufre en mismo trastorno para la esfera social esclava, un derecho con
el que no se nace, aunque la constitución de la época (Las actas), así lo
mencionen, un derecho por el que hay que luchar, un derecho que se tiene que
justificar por medio de un elemento material (Carta de horro) y un derecho, que
ya alcanzado, se ve truncado por las peticiones de los amos para conceder la
carta de horro a los nuevos libertos.
Conclusión
A partir de 1821 de establecieron
ciertos decretos, que bajo ideas supuestamente liberales, que en realidad
correspondían en mayor medida a pensamientos moralistas cristianos, se
inclinaban a la abolición de la esclavitud de forma paulatina, el proceso tardó
casi 30 años en completarse debido a varios factores ideológicos, en primer
lugar la constante confusión que se mantenía siguiendo las sagradas escrituras,
que eran bastante ambiguas en el tema; el
temor que podrían ocasionar los cambios bruscos en la sociedad; la
tergiversación de los modelos extrapolados europeos, que eran muy claros para
algunas esferas sociales, pero para otras resultaban bastante confusos e
incompletos.
Los cambios se dieron, sin embargo
las vejaciones sufridas por los esclavos aún no terminaban, los tratos que se
obtenían por una libertad negada a los nuevos libertos seguían manteniendo los
ideales estamentarios y la idea de igualdad aún seguía pareciendo impensable y el
derecho a la participación política fue un proceso que se desarrollaría mucho
tiempo después. Pero aún así, considerando la tradición histórica esclavista de
la República de Colombia, la segunda mitad del siglo XIX, representó el
comienzo de Nación fundada bajo el concepto (algo malogrado) de libertad.
Bibliografía
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Disponible en: http://www.bdigital.unal.edu.co/4546/1116/ACTAS_DEL_CONGRESO_DE_C%C3%9ACUTA%2C_1821.html#2c
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para restablecer la disciplina eclesiástica. En: Historia Crítica,
Julio-Diciembre, 2008, no. 36. P.
201-207.
CABANELLAS, Guillermo.
Diccionario Enciclopédico de Derecho usual. Disponible en: http://es.scribd.com/doc/27671641/Diccionario-Juridico-de-Guillermo-cabanellas-de-Torres
*Se
usa el término “Colombia”, porque se va a analizar el período después de 1819,
cuando ya se había proclamado la República de Colombia, en el Congreso de
Angostura.
[1] Estudiante de pregrado en
Historia. Universidad Industrial de Santander.
[2] Se ha decidido que este
documento sea la base principal de la investigación porque constituye una clave
hermenéutica para comprender, por medio del contenido, las mentalidades
políticas de la época inmediatamente posterior al proceso independentista,
estableciendo en primera instancias, las bases fundamentales de la formación de
la Nación.
[3] Método sociolingüístico que procura poner en evidencia el
funcionamiento interno y original de un texto apoyándose en su estructura
retórica y lingüística.
[4] Como el análisis se llevara a
cabo, como se dirá a continuación, partiendo de los planteamientos de las Actas
del Congreso de Cúcuta, la formación de los conceptos de la época, que servirán
de comparación con las significaciones normales, no serán los de toda la
sociedad sino pertenecerán únicamente a los individuos del poder político,
cuyas ideas y pensamientos fueron plasmados en el documento constitucional.
[5] ACTAS DEL CONGRESO DE CÚCUTA,
1821. Ley 6 de Octubre que decide las armas de la Nación. Artículo 2º, 3º y 4º.
Disponible en: http://www.bdigital.unal.edu.co/4546/1116/ACTAS_DEL_CONGRESO_DE_C%C3%9ACUTA%2C_1821.html#2c
[6] HOFFMANN,
Odile; MOSQUERA, Claudia; PARDO, Mauricio. Las trayectorias sociales e
identitarias de los afrodecendientes. En: Afrodesecendientes en las Américas.
Trayectorias sociales e identitarias. 150 años de la abolición de la esclavitud
en Colombia. Bogotá D.C.: UNILIBROS. p. 15.
[7] Ibídem. Acta
26 sección del día 28 de mayo.
[8] MARÍN, John. La convocatoria
del primer Concilio neogranadino (1868): un esfuerzo de la jerarquía católica
para restablecer la disciplina eclesiástica. En: Historia Crítica,
Julio-Diciembre, 2008, no. 36,. P.
201-207.
[9] Ibídem. Acta 56 sección del día 28 de
Junio.
[10] Ibídem.
[11] Ibídem. Acta 60 sección día 2 de
Julio.
[12] Ibídem. Acta 84 Sección día 19
de Julio.
[13] Ibídem.
[14] En realidad habría que decir que
existían más formas de libertad que estas, como la de los ciudadanos sin
propiedades, o las de las mujeres, pero especificarlas no es el objetivo del
ensayo, por eso solo me limito a explicar estos dos tipos fundamentales.
[15] CABANELLAS, Guillermo.
Diccionario Enciclopédico de Derecho usual. p. 267. Disponible en: http://es.scribd.com/doc/27671641/Diccionario-Juridico-de-Guillermo-cabanellas-de-Torres
[16]DÍAZ,
Rafael. La manumisión de esclavos o la parodia de la libertad en el área
urbano-regional de Santa Fe de Bogotá, 1700-1750. En: Afrodesecendientes en las
Américas. Trayectorias sociales e identitarias. 150 años de la abolición de la
esclavitud en Colombia. Bogotá D.C.: UNILIBROS. p. 78-79.
[17] Ibídem. p. 80.
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